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coyuntura

PINGUINOS MAGALLANICOS EN LA CALLE

 

¿Se puede calificar a una manifestación  callejera como un acto ejemplar?   Alejándose de todo endiosamiento de las manifestaciones estudiantiles y sus dirigentes, lo que resalta como evidencia incontrovertible es la capacidad de organización, la flexibilidad operativa en terreno, la disposición a producir interlocución con claridad y firmeza, y la ausencia de propósitos provocadores o violentistas.

Los estudiantes secundarios de Punta Arenas, salieron ayer martes  30 de mayo a las calles, dando forma a manifestaciones que, al igual que en el resto de Chile, han sorprendido a la clase política, a los medios de comunicación y a las autoridades.  Las demandas estudiantiles -largamente elaboradas y analizadas- han sido colocadas inteligentemente en la agenda pública, en la agenda ciudadana y en la agenda política, mediante una combinación flexible de tomas de establecimientos (muy bien controladas desde su interior), marchas masivas y paralizaciones de actividades, generando un efecto multiplicador que aun se encuentra en una etapa de espiral ascendente.

Los estudiantes secundarios de Chile y de Magallanes lograron: amplia cobertura mediática; organización cohesionada, flexible, horizontal y democrática; adhesión ciudadana generalizada; apoyo de los profesores, co-docentes,  padres y apoderados; postura errática y a la defensiva del gobierno; reacción positiva de casi todos los sectores políticos e incorporación de la problemática educacional integral en la agenda pública y en la agenda de gobierno.    

Ahora viene la etapa de la negociación, del diálogo, de la resolución de las demandas al interior de las estructuras institucionales del Estado.  El gobienro tiene casi todos los recursos para resolver las demandas y evitar que en un año o dos años más, estas demandas vuelvan a resurgir en los meses previos a las elecciones muncipales, parlamentarias y presidenciales.

 

 

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